miércoles, 7 de octubre de 2009

Felicidad Nacional Bruta

Cuando se menciona el indicador de crecimiento de un país se piensa, primero, en el Producto Bruto Interno o PBI. Sin embargo, aunque suene extravagante, en algunas partes del mundo no razonan de la misma manera.

El reino de Bután es la palabra mágica en este caso. Una pequeña monarquía de 47.000 kilómetros cuadrados, montada sobre el este de la cordillera del Himalaya, en el medio de Asia y entre las cadenas montañosas más altas del mundo.

“La cuestión es cómo el desarrollo económico, el desempleo y la inflación afectan al bienestar de las personas –admiten los economistas Bruno Frey y Alois Stutzer, de la Universidad de Zurich-. La actividad económica no es un fin en sí mismo, sino que es valiosa en la medida en que contribuya a la felicidad humana.”

La conservación de la naturaleza, el desarrollo socioeconómico equitativo y un gobierno responsable son los pilares que sostienen al concepto de la FBN, que en 1972 fue declarada más importante que el PBI por el rey Jigme Singye Wangchuk.

“La meta de la vida no debería limitarse a producir y consumir más”, es la categórica definición de Thakur Powdyel, funcionario del Ministerio de Educación butanés, que no termina ahí: “No hay necesariamente una relación directa entre el nivel de posesión y el nivel de bienestar de una persona”.

A partir de estas declaraciones, economistas y teóricos se devanan los sesos tratando de ver cómo el modelo butanés basado en la felicidad puede trasladarse a Occidente. Aún cuando ha recibido críticas, la teoría de la FBN hace que decenas de economistas se reúnan cada año para tratar de aplicar el concepto en otros lugares. Así pasó en 2005 en Escocia, en 2006 en Japón y en 2007 en Tailandia. La Felicidad Bruta Nacional, exportada desde Bután al resto del planeta, es tema de debate.

Diario Perfil - Sábado 1 de Diciembre de 2007 - Año II Nº 0212 - Buenos Aires, Argentina

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