martes, 29 de septiembre de 2009

Lain

domingo, 27 de septiembre de 2009

viernes, 25 de septiembre de 2009

miércoles, 23 de septiembre de 2009

martes, 22 de septiembre de 2009

No existe tal cosa como la estupidez... sólo existen personas con diferentes creencias.
Los razonamientos fundamentados en una creencia pueden parecer ridículos analizados a la luz de otra y así dar lugar a este curioso efecto...

domingo, 20 de septiembre de 2009

sábado, 19 de septiembre de 2009

Sade

- Hija mía -dice la baronesa de Fréval a la mayor de sus hijas, que iba a casarse al día siguiente-, sois hermosa como un ángel; apenas habéis cumplido vuestro decimotercer año y es imposible ser más tierna y más encantadora; parece como si el mismísimo amor se hubiera recreado en dibujar vuestras facciones, y sin embargo os veis obligada a convertiros mañana en esposa de un viejo picapleitos cuyas manías son de lo más sospechosas... Es un compromiso que me desagrada extraordinariamente, pero vuestro padre lo quiere. Yo deseaba hacer de vos una mujer de elevada posición, pero ya no es posible; estáis destinada a cargar toda vuestra vida con el ingrato título de presidenta... Lo que más me desespera es que no llegaréis a serlo más que a medias... El pudor me impide explicaros esto, hija mía..., pero es que esos viejos tunantes, que acostumbran a juzgar al prójimo sin saber juzgarse a si mismos, tienen caprichos tan barrocos, habituados a una vida en el seno de la indolencia... Esos bribones se corrompen desde que nacen, se hunden en el libertinaje, y arrastrándose en el impuro fango de las leyes de Justiniano y de las obscenidades de la capital, como la culebra que no levanta la cabeza más que de cuando en cuando para devorar insectos, sólo se les ve salir de él a base de reprimendas o de alguna detención. Así, pues, escuchadme, hija mía, y manteneos erguida..., porque si inclináis la cabeza de esa forma complaceréis extraordinariamente al señor presidente, y no me extrañaría que os la pusiera a menudo mirando a la pared... En una palabra, hija mía, se trata de lo siguiente: negad rotundamente a vuestro marido lo primero que os proponga; estamos convencidos de que esa primera proposición será, sin la menor duda, de lo más indecente e intolerable... Conocemos sus gustos; hace ya cuarenta años que, llevado de convicciones totalmente ridículas, ese maldito pícaro afeminado tiene la costumbre de tomarlo todo única y exclusivamente por detrás. Así, pues, hija mía, vos os negaréis, ¿me oís?, y le contestaréis: «No, señor, por cualquier otro sitio que os guste, pero por ahí, de ninguna manera.»
Dicho esto, se ponen a engalanar a la señorita De Fréval; la arreglan, la bañan, la perfuman. Llega el presidente, con el pelo ensortijado como un querubín, empolvado hasta los hombros, gangoso, chillón, balbuciendo leyes y diciendo cómo tiene que ser el Estado. Gracias al arreglo de su peluca, de su traje ajustado, de sus carnes prietas y restallantes, apenas se le calcularían cuarenta años, aunque tenía cerca de sesenta. Aparece la novia, él le hace unas carantoñas y en
los ojos del leguleyo se puede ya leer toda la depravación de su alma. Al fin llega el momento... la desnuda, se acuestan y por una vez en su vida, el presidente, bien por tomarse un poco más de tiempo para educar a su discípula o bien por temor a los sarcasmos que podrían ser fruto de las indiscreciones de su mujer, no piensa más que en cosechar placeres legítimos. Pero la señorita De
Fréval ha sido bien educada. La señorita De Fréval, que se acuerda de que su mamá le ha aconsejado que rechazara con toda firmeza las primeras proposiciones que le fueran a hacer, no desperdicia la ocasión y le dice al presidente: - No, señor por mucho que queráis no ha de ser así; por cualquier otro sitio que os guste, pero por ahí, de ninguna manera.
- Señora -contesta el presidente estupefacto-, debo protestar... estoy haciendo un esfuerzo... en realidad es una virtud.
- No, señor, por más que insistáis nunca accederé a eso.
- Muy bien, señora, hay que teneros contenta -responde el picapleitos, tomando
posesión de su enclave predilecto-. Mucho sentiría disgustaros y más en vuestra noche de bodas, pero tened cuidado, señora, pues en el futuro, por mucho que me lo roguéis, ya no podréis hacer que varíe mi rumbo.
- Me parece muy bien, señor -contesta la joven, buscando la postura-, no temáis que no os lo he de pedir.
- Entonces, ya que así lo queréis, adelante -contesta el hombre de bien, mientras se acomoda-. En nombre de Ganímedes y de Sócrates, hágase como se ordena!

HAGASE COMO SE ORDENA - Marques de Sade

jueves, 17 de septiembre de 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

domingo, 13 de septiembre de 2009

La piel alberga 205 tipos de bacterias

"Siempre supimos que la piel tenía una cubierta de flora saprófita -opina la doctora Lilian Moyano de Fosatti, docente autorizada de dermatología de la Universidad de Buenos Aires-, pero no que era tan variada."
Algunos datos de esta cartografía en escala liliputiense son sencillamente curiosos: el lugar que más diversidad albergó es el antebrazo, con 44 especies en promedio; el de menor diversidad resultó ser la zona que está detrás de la oreja, con sólo 19.
Las áreas seleccionadas lo fueron porque representan tres microambientes: oleoso, seco y húmedo. Las zonas oleosas estaban dentro de la nariz, en la axila, en el cuero cabelludo, en la parte superior del pecho y en la espalda. Las áreas húmedas, en el interior de la oreja, en el anverso del codo, en la zona que queda entre los dedos medio y anular, al costado de la cadera, detrás de las rodillas, en el ombligo. Las áreas secas incluyeron la parte interna del antebrazo, la palma de las manos y las nalgas.
La piel es una de las primeras líneas de defensa contra la enfermedad y el trauma, pero su eficacia depende del delicado equilibrio que se establece entre nuestras células y los millones de bacterias y otros microbios unicelulares que viven sobre su superficie.
Para preservarla, es imprescindible no practicar una higiene excesiva. Basta con un baño diario. "Si uno se baña tres veces por día, destruye el manto lipídico que protege la piel y que es muy necesario -dice la especialista-.

http://www.conicet.gov.ar/NOTICIAS/portal/noticia.php?n=4365&t=3

viernes, 11 de septiembre de 2009

miércoles, 9 de septiembre de 2009

martes, 8 de septiembre de 2009

Si en esta vida las creencias son las ruedas, el deseo el combustible y el placer la zanahoria... ¡Estoy en el horno! Ya pinché dos llantas, m queda medio litro de normal y la zanahoria está cada vez más chiquita... ¡Espero llegar pronto a una bajada!

lunes, 7 de septiembre de 2009

sábado, 5 de septiembre de 2009

jueves, 3 de septiembre de 2009

Creer o no creer

Este es un falso dilema. El no elegir también es una opción. En realidad, si somos incapaces de tener fe o convicción en algo, nuestra única opción es vivir en la duda, en la incertidumbre. Por esto quizás sea mejor no pronunciarse acerca de la existencia del Dios de los religiosos o de la Verdad de los ateos...

¿Por qué las cosas tienen que existir o no existir? Esta postura nos obliga a elegir, a creer... pero en el momento en que comenzamos a creer en algo, nos cerramos y entonces surge el conflicto... ¿Pero es posible que vivamos sin el conflicto? ¿No juega el conflicto un papel fundamental en el establecimiento de las relaciones entre las personas?

Además, cuando dejamos de creer ya nada nos importa. Nada interesa porque es posible que nada lleve a ningún lado, porque es posible que no haya ningún lado hacia donde ir. Para moverse es necesario creer que se está yendo hacia algún lado.

Si vivir en la duda causa inacción a nivel personal e impide la cohesión a nivel colectivo, entonces se vuelve evidente el por qué está tan mal vista. Es una idea tan válida como cualquier otra, pero su utilidad aún está por verse...

A creer entonces! Que si no se acaba el mundo!

Porque la realidad EXISTE, hay UNA verdad y NINGÚN dios! Obvio! XD

martes, 1 de septiembre de 2009